Algunos de los sonidos más temidos por
los criadores de canarios de canto en general y por nosotros en
particular son aquellos en cuyo sonido interviene la consonante CH
(incluyendo sonidos similares tales como sh, tz, etc). Esta consonante
es considerada un sonido malsonante normalmente vinculado a la falta
Estridencias.
El Código de Canto establece:
2.2. Estridencias.
Las estridencias son un defecto consistente en la brusca y repentina elevación del tono o de la intensidad del sonido de un giro, produciéndose un sonido altisonante que rompe la línea melódica del canto.
Valor negativo: hasta 3 puntos.
En otras razas determinados giros en los que interviene la consonante CH son considerados per se como faltas e incluso, en el caso del CHAP del Malinois, causa de descalificación y retirada de la exposición o habitación donde se aloja a los canarios a la espera de ser enjuiciados.
En el Timbrado los giros en los que
interviene la temida CH siempre han sido especialmente polémicos, ya que
los primeros Códigos de Canto contemplaban como sonidos positivos los
CHAUS (floreos básicos) y los CHAS (una variante dentro de las
castañuelas). En la actualidad, el Código vigente en FOE (con muchos
adeptos en el marco internacional) sigue recogiendo estos giros como
positivos.
Entre nuestros antecesores siempre se
han considerado sonidos sin valor musical, propensos a la estridencia e
impropios del auténtico canario de Canto Español, es más, la emisión de
estos sonidos fue, junto a la emisión de ritmos continuos, uno de los
principales “caballos de batalla” de Antonio Drove Aza y quienes
compartían sus ideas acerca de nuestro canario.
Mucho ha sido lo que desde los años
cincuenta se ha escrito sobre estos sonidos, tanto a favor como en
contra. Quizás, en la mayor parte de los casos, de forma bastante
dogmática; lo que ha llevado tanto a defensas como a ataques, como
mínimo, exacerbados.
Pero habría que preguntarse si las CHS
son negativas intrínsecamente. Si es justificada esa obsesión que,
todavía hoy, tienen muchos criadores por la presencia de esos sonidos en
el canto de nuestros canarios. No es extraño escuchar a criadores que
se han desecho de canarios, que dicen eran espectaculares, porque
emitían “CH”, o criticar en los concursos a canarios premiados que
supuestamente emitían algún giro ya no solo con esa “terrible”
consonante, sino por una mera resonancia de la misma en algún pasaje de
la canción.
Llama especialmente la atención esa
auténtica fijación con las CHS, máxime cuando en la actualidad asistimos
a una clara permisividad con otros sonidos tan negativos o, como
mínimo, igualmente peligrosos cual son los sonidos sesgados y los
gangoseos, antesala en muchos ejemplares de la rascada y la nasalidad.
Yo me atrevo a decir que, al igual que
muchos consideran ciertos sonidos sesgados como no intrínsecamente
negativos, las CHs no son negativas per se. Cierto que hay que
tratar de evitarlas y que, entre dos ejemplares de calidad, siempre es
preferible elegir al que no emita este tipo de sonidos, pero ello no
quiere decir que esté justificada en la actualidad esa “caza de brujas”
de antaño. Entre otras cosas porque hace unas décadas sí que las CHs
representaban un serio y grave problema, pero hoy en día, salvo
excepciones que confirman la regla, nuestros canarios ya no emiten esos
insoportables trallazos en CHAU CHAU, CHASCHAS, etc. Entre otras cosas
porque el criador está suficientemente aleccionado, o al menos debería
estarlo, para que si un ejemplar emite esos giros vaya directamente a la
pajarería o a casa de algún amigo o familiar.
En efecto, actualmente las CHs que
emiten nuestros canarios suelen ser residuales, meras resonancias en
determinados sonidos cloqueados o en algunas variaciones conjuntas,
sonidos que no rompen la melodía del canto. Algunos de los sonidos
ruiseñoleados más apreciados de nuestros canarios llevan implícita
cierta sonoridad CH, pero parece que en ese caso la damos por buena
porque interviene en un sonido de belleza musical incuestionable que nos
transporta a la orilla de un riachuelo en un atardecer de primavera.
La CH es negativa cuando rompe la melodía, cuando incurre en la falta de estridencias, es decir, cuando se produce:
“Una brusca y repentina
elevación del tono o de la intensidad del sonido de un giro,
produciéndose un sonido altisonante que rompe la línea melódica del
canto”.
Si el sonido en el que interviene la
consonante CH no rompe la línea melódica del canto no es un sonido
negativo. En caso de ser fruto de una deficiente dicción, siempre y
cuando, repito, no incurra en estridencia, podrá ser un giro deficiente
y, como tal, no puntuable, pero no negativo.
Sirvan estas líneas para invitar a
nuestros criadores a reflexionar sobre uno de los “dogmas” de nuestra
canaricultura. ¿Por qué un sonido en el que interviene la consonante CH
sirve para desacreditar, por sí solo, a un ejemplar y, por el contrario,
cuando escuchamos un sonido rozado o gangoso lo damos como bueno?
Entiéndase que me refiero a sonidos que, sin tener una dicción adecuada,
no constituyen todavía estridencia, rascada o nasalidad.
Escrito por Miguel Ángel Martín Espada
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